Misal

NUESTRA SEÑORA DE LA SALETA,
MADRE DE LA RECONCILIACIÓN

MISAL

 

Antífona de entrada Sal 144 (145), 8-9

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

O bien:

Salve, llena de gracia, eres llamada clementísima por los pecadores, porque contemplas misericordiosa nuestra miseria.

 

Oración colecta

Oh Dios,
que por la sangre preciosa de tu Hijo
reconciliaste el mundo contigo
y te dignaste constituir a su Madre,
la Virgen María, junto a la cruz,
Nuestra Señora de la Saleta,
Reconciliadora de los pecadores,
concédenos, por su intercesión,
alcanzar el perdón de nuestros pecados.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Oración sobre las ofrendas

Te ofrecemos, Señor,
este sacrificio de reconciliación y alabanza
y te pedimos, por intercesión de la Virgen María,
Nuestra Señora de la Saleta,
refugio de los pecadores,
que perdones nuestros pecados
y dirijas tú nuestros corazones vacilantes.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Prefacio

LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, REFUGIO DE PECADORES
Y MADRE DE LA RECONCILIACIÓN

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.

V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
Dios todopoderoso y eterno,
darte gracias
y proclamar tus maravillas
en todo y por todas las cosas.

Por tu inmensa bondad,
no abandonas a los que andan extraviados,
sino que los llamas
para que puedan volver a tu amor:
tú diste a la Virgen María,
Nuestra Señora de la Saleta,
que no conoció el pecado,
un corazón misericordioso con los pecadores.

Éstos, percibiendo su amor de madre,
se refugian en ella implorando tu perdón;
al contemplar su espiritual belleza,
se esfuerzan por librarse de la fealdad del pecado,
y, al meditar sus palabras y ejemplos,
se sienten llamados a cumplir los mandatos de tu Hijo.

Por él,
los ángeles te cantan con júbilo eterno,
y nosotros nos unimos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:

Santo, Santo, Santo…

 

Antífona de comunión

¡Qué pregón tan glorioso para ti, María! De ti salió el sol de justicia, Cristo, nuestro Señor.

 

Oración después de la comunión

Hemos recibido, Señor, el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
sacramento de nuestra reconciliación contigo;
concédenos, por intercesión de la santísima Virgen María,
Nuestra Señora de la Saleta,
los dones de tu misericordia
y el premio de la redención eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.